lunes, 12 de septiembre de 2011

Nuestra Vivienda, Nuestra Arquitectura, Nuestros Hogares


 

 

 

By Ciomara Bernard

Nuestras casas tenían un estilo común y característico. Acostumbrábamos la construcción de madera al estilo “bungalow” que refleja la influencia inglesa. Casi todos tenían balcones/corredor, que las hacían más grandes y más frescas. La cantidad de piso y balcones indicaban el “status” de las personas que vivían en ella.

Cada casa tenía un  patio grande, con suficiente espacio para la cría de animales. Contaba con cisterna para almacenar el agua y con un pozo para lavar la ropa. En algunos casos había un sitio para cocinar con leña afuera y un poco separado de la casa llamado “el fireside”, así evitaban, incendios y la inhalación de humo, peligros permanentes en las casas  de madera y se mantenía tierra amontonada a la mano para apagar las llamas.

En épocas  anteriores la familia isleña tenía su cementerio propio en un lote cerca de la casa que se dejaba por herencia exclusivamente para enterrar a las generaciones de la familia. Había también muchas familias que construían un mausoleo detrás de sus viviendas. En caso de que una persona no tuviese donde enterrar a un pariente, alguien que tuviese cementerio propio daba permiso para enterarlo allí.

Acostumbraban levantar chozas de palma en los cultivos en la parte interior de las islas para facilitar el trabajo, nunca fueron un tipo de vivienda permanente. La construcción en madera permitía tanto el traslado de una casa cuando fuera necesario, como la posibilidad de ampliación.

Casa Tradicional
Cocina separada

Según la costumbre, cuando una pareja se iba a casar, había un lapso entre el momento de pedir la mano de la mujer y el matrimonio, durante el cual el hombre trabajaba y construía su casa inicialmente pequeña y el pozo. Luego la ampliaba de acuerdo al crecimiento y a las posibilidades económica de la nueva familia. La gente construía sus casas distanciadas unas de otras pero cerca a las de sus familiares. Dejaban un cuarto para visitas o familiares que se encontraban afuera.

Nuestras construcciones son únicas y están hermosamente adaptadas a nuestras necesidades, mezcla de la arquitectura inglesa, holandesa y las chozas africanas, una herencia digna de conservarse.

2 comentarios:

  1. Nuestras casas tipicas son hermosas y dignas de conservarse, me gustaria mucho tener una asi aunque a veces lo pensamos dos veces por lo mucho que cuesta conservarlas, pero valen mas que solo dinero, hay que pensar en lo hermoso que fue para nosotros correr por esos patios y sentarnos en los corredores de las casas de nuestras abuelitas.

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  2. muy linda tu publicacion son cosas que no se deberian de echar para atras

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